El viento y la duda



En un caminar pausado, la luz del día transita por la montaña.
El viento cambia, se mueven las sombras, el caminar por la vida transcurre veloz, 
sin apreciar la sencilla belleza que nos rodea.

Un abrazo, una sonrisa, un te quiero, un me alegro de estar aquí contigo 
se esconden tras la agitación y el movimiento.
En un suspiro partiré, como lo hacen mis seres queridos; 
no se adonde ni de que forma, pero se que partiré, es inevitable.
¿Que puedo hacer hasta entonces?
La respiración se entrecorta dando pie a un temor desconocido que emerge de las profundidades.
Los pelos se erizan alerta.
La tristeza me abraza, densa, esponjosa, agradable.
Buceo en un espacio aislado, desconectado; 
me apago por no soltarme al viento que todo lo mueve, 
por no dejarme volar y aterrizar de nuevo sin terror.
¿Que puedo hacer hasta entonces?
Al mirar la muerte veo la vida. 
En cada rato algo muere y algo nace de nuevo.
Muere la noche y nace el día, termino la ducha y empiezo a vestirme.
¿No será parte de la vida la muerte? ¿Será que no hay separación entre ambas?
Entonces,¿Que temer de la muerte? ¿Quizás la vida?
El viento sopla, seguirá soplando, 
yo decido si lo escucho, si lo siento, si vuelo con él o me rindo al miedo.


    Lecciones de vida, 
por Asier Alabarte Ventayol

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