¿Dónde tienes la cabeza? …., es como si no estuvieras aquí….., ¿A dónde te has ido?...
Estos y otros tantos comentarios semejantes los oímos y los decimos con frecuencia en nuestra vida, y muestran gráficamente lo que está ocurriendo. A menudo dejamos de estar presentes porque una parte de nuestra energía-conciencia se va de nuestro cuerpo, ya sea por pensamientos o porque no deseamos estar presentes ante lo que acontece en ese momento, por defensa.
Cuando este mecanismo se repite frecuentemente puede crear problemas de atención, de respuesta, de evasión ante las dificultades, exceso de actividad mental, tensión o dolor de espalda y cabeza, etc.
El cuerpo humano es además de órganos, músculos y demás, un sistema energético muy elaborado e interconectado del cual se nutre nuestro cuerpo y nuestra mente. Cuando el circuito de energía se bloquea, provoca inevitablemente consecuencias físicas, mentales y emocionales.