envolviendo en su húmedo abrazo la actividad del día.
El viento enfría los pensamientos.
El calor de la chimenea me acurruca
en su tierna y amorosa compañía.
Suave y delicado es el tacto de la manta,
me cubre y me arropa al compás de la dulce melodía.
Precioso día acurrucado en mi corazón.
Invitación mágica hacia mi interior,
allí luce el sol y brillan las flores en paz.
Tierna paz que surge con solo estar.
Asier Alabarte Ventayol